“Desde un cuestionamiento a la categoría “mujeres” por su pretensión universal las afrodescendientes o mujeres negras han hecho aportes significativos relacionando categorías como la “raza” al sexo/género demostrando cómo el patriarcado tiene efectos diferentes en las mujeres cuando estas categorías les atraviesan en sus relaciones sociales.” Ochy Curiel, Los aportes afrodescendientes a la teoría y la práctica feminista. Desuniversalizando el sujeto “Mujeres”.
Hace unas semanas publiqué el siguiente comentario en mi cuenta de instagram: “El trabajo de los cuidados está invisibilizado. Tradicionalmente han sido y son las mujeres* quienes llevan a cabo tareas relacionadas con el cuidado en la esfera doméstica. El sistema patriarcal capitalista (que solo se entiende bajo supuestos coloniales) se basa en la división tradicional del trabajo en donde las mujeres* asumen la parte más invisible, menos reconocida y nada remunerada: cuidar en sus múltiples facetas. Se reproducen así las desigualdades estructurales de género que son la base de las violencias que vivimos las mujeres*.”
Me gustaría utilizar este espacio para completar lo que considero un análisis sesgado respecto al tema cuidados, al no haberlo planteado desde una perspectiva feminista decolonial antirracista o interseccional en donde tendríamos en cuenta además del género las categorías de clase y “raza” (1). No todas las mujeres* se relacionan de la misma forma con las tareas de cuidado y trabajo doméstico. Las mujeres privilegiadas, estas han sido y siguen siendo en su mayoría mujeres blancas de clases acomodadas, pueden liberarse de dichas tareas y estructuralmente lo hacen a costa de otras mujeres que realizan estos trabajos por lo general mal pagados y precarios. Estas mujeres son principalmente mujeres racializadas, mujeres migrantes, mujeres empobrecidas. Categorías que son producto de la matriz de opresiones del sistema moderno-colonial en que vivimos.
Como cuenta Yuderkus Espinosa la experiencia histórica de mujeres racializadas y subalternas no ha estado relegada al espacio doméstico (como denunciaban feministas blancas de clases acomodadas, convirtiendo en universal dicha experiencia), sino que se han visto obligadas a trabajar, primero, para el sistema esclavista y, después, para el capitalista. Se convierte entonces el espacio privado, el hogar, en un espacio seguro, de realización frente al espacio de trabajo símbolo de lugar de explotación y opresión. Prosigue la autora feminista decolonial: “Eso no significa que no hubiese tipos de violencia que se dieran ahí, sobre todo se fueron introduciendo en la medida en que la gente racializada pretende llegar al modelo que se le está diciendo para llegar a ser humano”.
La categoría género debe cruzarse con la posición de clase y “raza” para poder tener un análisis completo de la matriz de opresiones. Observar críticamente desde dónde estamos hablando. Cuáles son nuestros privilegios y cuales las opresiones.
Decir las mujeres sin atender a las diferencias y jerarquías de poder y privilegios que existen entre nosotras, es pensar desde un análisis universalista y por tanto racista, clasista y heteronormativo que niega o al menos no reconoce explícitamente estas diferencias y desigualdades. La sororidad entre mujeres es un mito que como bien afirma Ochy Curiel “a pesar de que apuntaba la necesidad de entrelazar lazos de complicidad entre las mujeres frente al patriarcado y sexismo, no dejaba ver en qué medida se reproducía el racismo en la práctica feminista”.
Por eso me parece necesario incluir la crítica antirracista a cualquier análisis feminista. De lo contrario, estamos presentando a la categoría mujer de forma sesgada, representando los intereses y visiones de mujeres blancas occidentales de clases acomodadas que ostentan el poder de definirse como la norma, reproduciendo por lo tanto, estructuras racistas de pensamiento y análisis. Por eso mi autocrítica cuando uso mujeres* sin atender a nuestras diferencias de privilegios y opresiones. También en lo referente a las tareas de cuidado.
(1) “Raza” como categoría social construida.
BIBLIOGRAFÍA
Curiel, Ochy (2007). Los aportes de las afrodescendientes a la teoría y la práctica feminista. Desuniversalizando el sujeto “Mujeres”.
Entrevista a Yuderkys Espinosa de J. M. Barroso (2014). Feminismo decolonial: una ruptura con la visión hegemónica eurocéntrica, racista y burguesa. Revista Iberoamericana Social: revista-red de estudios sociales.